Sunday, April 17, 2011

EL PERSEGUIDOR

Fui tras los rastros del hambre para romperle la calvicula dorada, transforme mi lengua en daga. Fue sin sorpresa que la vi reposada clavando sus uñas sobre la doncella amada , ya sabia yo de su aspecto ruin. Clavo mi lengua en ese sarcofago pues sepa el amable lector que asi es como es el hambre malhechora un sargofago de lugubre luz y aura pestilente. Invoco al aguila y Clavo mi daga Extraigo una oscura larva de palpitante corazon, que yo, del hambre misma he robado lo que ahora expongo en secreto.

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